Se incrementan las inspecciones para evitar conexiones peligrosas en la vía pública y el deterioro de la calidad del servicio, informaron desde EDEA.
EDEA informó este lunes que, en el marco de inspecciones para evitar conexiones clandestinas y peligrosas en la vía pública, detectó el robo de energía en tres comercios de Mar del Plata.
“En la última semana personal de la compañía detectó tres casos de fraude eléctrico a través de conexiones directas, con alto grado de precariedad, que alimentaban comercios cuyo equipo de medición había sido retirado por falta de pago”, informaron desde la empresa distribuidora del servicio.
El primero de los locales infraccionados fue una pescadería ubicada en la esquina de La Rioja y Vieytes, donde se constató una conexión irregular que suministraba energía al local sin que la misma fuese registrada, al no contar con equipo de medición por morosidad.
El segundo de los casos de fraude se registró en un resto-bar situado en la avenida Luro, entre Catamarca e Independencia, donde se verificó una situación similar, pues el negocio contaba con energía merced a un cable que de manera ilegal alimentaba sus instalaciones, directamente desde la red de EDEA.
El último de los ilícitos constatados por el personal especializado del área de Normalización de Pérdidas, se registró en una verdulería ubicada en inmediaciones de las calles Italia y Castelli, alimentada eléctricamente a través de una conexión irregular desde la red.
En todos los casos, como es de rigor, los operarios que intervinieron retiraron la conexión clandestina y labraron el acta de infracción, procediéndose luego a la normalización del servicio, previo pago de la energía consumida en forma irregular y la aplicación de los cargos y denuncias penales correspondientes.
Responsables de la compañía destacaron que estas tareas de inspección habrán de intensificarse tanto en zonas comerciales como en las periféricas, no sólo por los perjuicios económicos que el robo de energía significa para la empresa sino porque, además de afectar la calidad del servicio de aquellos usuarios que pagan sus facturas, ponen en riesgo la vida de la personas que viven y transitan por sus inmediaciones.